2015 / 2016 – Arte


Proyecto

Proceso creativo / Investigación

El proyecto desarrollado en la Academia ha consistido en una serie de cuadros pintados con óleo sobre lienzos de diferentes medidas.

A partir de registros fotográficos de enclaves de Roma en el siglo XIX, he emprendido dos tipos de trabajo, cuya clasificación inicial se divide entre los lugares de la ciudad que han sido fuertemente modificados en los sucesivos planes urbanísticos (de 1883 y 1925) pero que aún hoy siguen existiendo y aquellos otros que han desaparecido definitivamente.

Tras la búsqueda de las localizaciones que sí existen, voy a esos lugares para obtener nuevos registros desde los mismos puntos de vista que muestran las imágenes antiguas. Habitualmente se evidencian diferencias en el tipo de lente, que después se pondrán de manifiesto en las piezas.

El proceso de pintura de los cuadros, consiste en reproducir con óleo la fotografía original y, tras el secado, la superposición del mismo enclave con su aspecto actual. Esta segunda capa de pintura es más o menos transparente, de acuerdo a la cantidad de información que me interesa dejar entrever. Mi intención es provocar una fusión con coincidencias y desajustes, en la que, como si se tratara de un arrepentiemiento, algunos sectores queden cubiertos, borrados o corregidos y otros se intuyan o sigan siendo visibles.

En cuanto a los lugares que ya no existen, me aproximo a ellos mediante fotografías encontradas en libros y archivos. Aquí incorporo aquellas calles o plazas que aún hoy siguen preservando el mismo nombre pero que no conservan ningún elemento en común con el sitio descrito en la imagen original.  La reproducción de las paredes de mi estudio incluye las composiciones escenográficas que el archivo y orden de esos documentos genera y de esta forma planteo paisajes interiores llenos de ventanas a espacios y tiempos ya desvanecidos.

Proyecto 

El proyecto desarrollado en la Real Academia de España en Roma se ha centrado en representar, a través de la pintura (óleo sobre lienzo), la tensión que existe entre memoria y olvido, como consecuencia de la destrucción de ciertos enclaves de la ciudad y de los recuerdos ligados a ellos.

Desde sus primeros registros fotográficos, en el S. XIX, la ciudad ha vivido dos procesos de intenso cambio urbanístico, arquitectónico y social. Por un lado, tras la unificación, una serie de transformaciones severas supusieron la eliminación de los puertos de Ripetta, Leonino y Ripa Grande, los edificios inmediatamente aledaños al río y todo aquéllo que obstaculizara la construcción de los diques y bulevares. La plaza Venezia, la judería, el mercado del Pórtico de Octavia y los distritos históricos de Borgo, Trastevere y Monti también se vieron afectados por las demoliciones. Más tarde, en tiempos de Mussolini, aún se acometieron nuevos cambios que supusieron la conservación y recreación idealizada de determinados monumentos de la antigua Roma y el simultáneo derribo de construcciones de épocas consideradas de decadencia. Esta metodología fue aplicada al Teatro de Marcelo, al Mausoleo de Augusto y a toda la zona arqueológica de Roma, por lo que también desapareció gran parte de la trama urbana que los rodeaba hasta entonces[1].

Durante mi estancia en Roma, he emprendido dos maneras de abordar este proceso de borrado de paisajes, probablemente llevado a cabo con una voluntad escenográfica y con la intención de favorecer una lectura concreta de la ciudad:

Una primera línea de trabajo juega con la idea del pentimenti (arrepentimiento) en la pintura. La superposición de imágenes en el mismo lienzo de un sitio en sus versiones anterior y actual, lleva a un entrelazado de dimensiones espacio-temporales. En los cuadros, lo que es manifiesto convive con aquello que se ha querido ocultar. Esa latencia genera una fantasmagoría, un umbral donde confluyen presencias y ausencias, personas y cosas escondidas que aún se transparentan: lo invisible dentro de lo visible.

La otra serie consiste en representar lugares que en algún momento estuvieron fuertemente vinculados a la vida cotidiana –y por tanto, presumiblemente, cargados de emociones y capaces de evocar un sentido de pertenencia– que han desaparecido definitivamente. Mediante la reproducción de las paredes de mi estudio, en las que un cúmulo de fotografías antiguas abren en el presente ventanas al pasado, busco una vía para poder acceder y mostrar al máximo fragmentos de la ciudad congelados en una historia abierta y no concluida que conduce, por ello, a preguntas inesperadas y descubrimientos.

Bio

Gabriela Bettini (Madrid, 1977)

Artista visual. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y Master in Fine Arts por la University of East London (Beca de la Fundación ”la Caixa” y British Council).

Sus últimas exposiciones individuales incluyen “Larga distancia”, Galería Silvestre (Tarragona, 2015); “La casa roja”, Galería Mundo Nuevo (Buenos Aires, 2013) y La Fresh Gallery (Madrid, 2013). Ha participado en muestras colectivas en Europa y Sudamérica, en la Muestra de Arte INJUVE (2005); ha obtenido una Beca del Centro Cultural de España en Buenos Aires (Residencia URRA, 2010) y el Premio de Creación Artística de la Comunidad de Madrid (2007).

Desarrolla su trabajo mediante el dibujo, la pintura y el vídeo. En sus últimos proyectos interpreta ciertos espacios en los que han acontecido episodios singularmente intensos, donde subraya la forma en que determinadas vivencias y sus rastros quedan inscritos en ellos, y rescata testimonios personales que se insertan de un modo más o menos ajustado en las políticas de memoria y las narraciones oficiales