2015 / 2016 – Poesía 


PROYECTO

Proceso creativo / Investigación

El proceso de investigación y documentación —algo ya anunciado en el proyecto presentado al inicio de la beca— ha supuesto casi la totalidad de la beca, puesto que si bien la escritura del texto podía realizarse en parte fuera de Roma, la experiencia de residir en la ciudad y tener tiempo para procesar y reflexionar sobre esa experiencia in situ era algo fundamental.

Este proceso ha involucrado cuatro ámbitos que son, de manera muy resumida, los siguientes:

  • Primero, la realización, a solas o acompañado (a la manera de las derivas situacionistas), de recorridos por la ciudad que luego he marcado en diversos mapas repartidos en mi habitación. Algunos de esos paseos añadían un componente de azar y otros conectaban puntos que me interesaban, pero todos han sido realizados varias veces. El carácter reiterativo de las experiencias es una constante en el libro. Esos mapas los he acompañado con la investigación sobre diversos mapas históricos de Roma (Nolli, Tempesta, etc), puesto que una parte que me interesaba sobre Roma era la identificación de espacios que habían cambiado a lo largo de la historia, que habían desaparecido o cambiado de sitio: me fascinaba la idea de moverme en una ciudad moviente, (ejemplos: los obeliscos, ciertas iglesias medievales, la trituración de las columnas clásicas y su disposición en los mosaicos cosmatescos o las operaciones urbanísticas del fascismo).
  • Segundo, la participación en las salidas que el grupo STALKER ha realizado con el Instituto Suizo. Ello me permitió conocer la Roma “otra”, la de los suburbios y los espacios fronterizos con el campo. Fruto de las conversaciones y de los paseos con dicho colectivo, así como de las lecturas propuestas por Francesco Careri, surgió parte de la estructura del libro, que pasa del centro de la ciudad a explicar la misma a través de sus afueras siguiendo la fuerza excéntrica de la Historia: de las ruinas del pasado a las ruinas de un futuro nunca realizado que forman ese terreno que no es urbano ni rural.
  • Tercero, la lectura ecléctica, azarosa pero organizada, a la manera de los paseos, de una larga bibliografía sobre Roma. Ésta, detallada en la memoria técnica, incluye clásicos (Ovidio, Suetonio, Horacio, Lucrecio), biografías (sobre Borromini, Bernini, Caravaggio, Rafael, algunos papas), sociología, arqueología, urbanismo, arquitectura, historia, escultura, religión, estética, teoría e historia del arte, teoría de la ruina, teoría de la literatura, cinematografía, land art, novela y poesía. Una mención aparte merece el apartado musical, motivado por la influencia de Antonio Tejero Blanco: fruto de las conversaciones con él surgió la idea de realizar el poema con una estructura sinfónica.
  • Cuarto y último, el carácter innovador de la propuesta y lo que suponía de ruptura con mis otros libros (pero también con el panorama nacional) requería de la lectura, estudio y asimilación de modelos poéticos identificados como útiles para la misma: John Ashbery, Robert Hass, Robert Lowell, Wallace Stevens y un largo etc.

Toda la información recogida ha sido organizada en la pared del estudio, carpetas, papel, libros, cuadernos, anotaciones en archivos informáticos (móvil y ordenador) y un archivo de links en el navegador.

 

Proyecto 

Roma es una ciudad eterna, pero sobre todo es una ciudad infinita que pone a prueba la curiosidad más inagotable. La densidad y los contrastes históricos, vitales y sociales que se acumulan en cada detalle urbano provocan en el sujeto moderno, en el sujeto Wikipedia, un enfrentamiento al ruido y al caos. Encontrar un sentido a lo mirado —y construir la identidad del que mira— deviene en una operación cargada de ansiedad y complejidad. De la misma manera, operaciones como la recuperación de una memoria, la construcción de una historia personal y la reflexión sobre un presente fugaz (el paso por la Academia, pero también cualquier experiencia personal, amorosa o no) se convierten en actividades nada inocentes en una ciudad donde la Historia (y la (auto)ficción que opaca dicha Historia) es una presencia tan insistente.

El propósito del libro, un poema extenso bajo el título de Andante, es levantar la totalidad —exagerada, moviente, multiforme y simultánea— de la ciudad sobre un doble andamio: por un lado, una estructura musical, la de la sinfonía; por otro, el del paseo y la deriva, a la manera de otros poemas extensos construidos sobre el acto del andar como la Divina Comedia de Dante o las Soledades de Góngora.

Así, el sujeto lírico se arroja sobre sí el territorio total de la ciudad con la esperanza de que la forma (azarosa en el caso del proceder deambulatorio, muy bien pautada en el caso musical, pero de carácter reiterativo en ambos), permita contar el carácter fragmentario y múltiple del inquieto conjunto que, como los estorninos que sobrevuelan cada otoño las orillas del Tíber, se desenvuelve en un baile entre el cielo más sublime y la tierra más abyecta, desde la belleza de los salones renacentistas hasta el fracaso de los arrabales, desde las vistas del Gianicolo a los cangrejos que habitan los subterráneos bajo el Foro.

 

BIO

Andrés Catalán (Salamanca, 1983)

Poeta y traductor, licenciado en Filología Hispánica, Diploma de Estudios Avanzados en Literatura española por la Universidad de Salamanca y profesor de literatura para alumnos extranjeros.

Es autor de las obras “Composiciones de lugar” (UP José Hierro, Premio Félix Grande, 2010), “Mantener la cadena de frío”, en coautoría con Ben Clark (Pre-textos, Premio RNE, 2012) y “Ahora solo bebo té” (Pre-textos, Premio Emilio Prados, 2014). Colabora en revistas como “Litoral, Cuadernos Hispanoamericanos”, “Clarín” o “El Cuaderno”. Ha trabajado en proyectos para la editorial Vaso Roto y traducido a poetas como Robert Hass, Philip Levine, James Merrill, Stephen Dunn, Robert Frost y Robert Pinsky, además de obra parcial de Frank O’Hara, Anne Sexton, Lars Gustafsson, Edna St. Vincent Millay y Russell Edson.