2015 / 2016 – Literatura 


PROYECTO

Proceso creativo / investigación

Roma y la RAER han sido meses de intenso aprendizaje.

Llegué a Roma con un par de temas claros: quería escribir sobre Odiseo y las aventuras de la Odisea, y quería también hacer una reflexión sobre el lenguaje y las palabras. De la mano de estas dos temáticas, anhela también llevar un diario de becario. Ésta era la semilla de la novela que he querido escribir estos meses, partiendo de que la literatura es la historia de las cosas que pudieron ser.

Después de cuatro libros de cuentos, el ejercicio de escribir una novela ha sido monumental y tormentoso como un parto: su escritura me ha tomado por rumbos que no esperaba. En la primera semana escribí fácilmente más de veinte páginas, pero el camino se llenó de piedras. Dado que la novela parte de un personaje harto conocido, debo evitar contradecir flagrantemente elementos claves, por lo que la documentación e investigación de los personajes, de las tramas y de los espacios del mito homérico era fundamental. Di un giro completo a la novela, cuyo hilo narrativo principal lo narraba Odiseo, y lo cambié por Euríloco, uno de los marineros que le acompaña. Me fascina el poder de los personajes secundarios, que siempre son los más interesantes. Los pequeños seres, los dueños de las historias que suelen quedar en silencio, como recuerdo siempre. Hacer de Euríloco el personaje principal fue un paso complejo, dada la poca información general que existe sobre los héroes que acompañaban al rey de Ítaca (Euríloco mismo apenas tiene cuatro menciones en la Odisea). Deseché lo trabajado y he reiniciado al menos dos veces la novela, experimentando voces narrativas, juegos de la trama y personajes, y como una Penélope irónica, continuamente descartando a final del día lo trabajado durante la jornada. Creo que esto es crear. Escribir casi doscientas páginas y luego descartarlas, porque las siguientes doscientas serán mejores, cuando todo el trabajo de investigación y visitas se ha interiorizado en uno. En este paso, me acerco a 50 páginas confiando en que los vientos finalmente me son favorables.

He trabajado con diferentes horarios, dependiendo del ánimo de cada semana y del material a mano, pero procurando trabajar disciplinadamente todos los días. En mi proceso creativo es fundamental no contar únicamente lo escrito, pero también lo leído, lo indagado. La cantidad de libros, fuentes y espacios investigados ha pasado de lo angustioso escaso, a lo frenético abundante, desde estudios sobre mitología clásica a manuales de contraterrorismo.

Tengo ya una estructura de novela que creo sólida, que me emociona y a la que trabajo con sumo respeto, para que en los próximos meses siga trabajando con la determinación de cerrar esta novela de cara a la invitación hecha por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2016 a finales de noviembre de este año, donde espero llegar ya con un manuscrito final.

 

Sirenas (Título provisional)

Después de la toma de Troya, el multiforme Odiseo parte con sus tropas hacia nuevas aventuras sin pensar en el regreso a Ítaca. Lejos está el puerto donde espera Penélope, distante la ilusoria felicidad de su reino que poco le brinda. Es un viajero que viaja no para retornar, sino para nunca regresar. Sigue las aventuras que en su propia juventud hizo su padre, el retirado y triste Laertes junto a los Argonautas, procurando décadas después encontrarse con las sirenas, las mujeres aves que hechizan a todos los que se acercan a ellas y les llevan a la muerte, protegiendo un viejo secreto que los Dioses primigenios les han confiado, y que el viajero de Ítaca, fecundo en ardides, anhela. La historia la narra Euríloco, el segundo al mando de los itacenses y casado con Ctímene, hermana de O., que de la admiración llega al terror certero de que las ansias de eternidad de su capitán acercará a todos los marineros al despeñadero de la muerte.

Siglos después, los Buscadores de las Santas Palabras, un grupo terrorista movido por un viejo mito, clama la autoría de atentados en varias ciudades. En el principio fue el verbo y la palabra, pero también la destrucción. Un investigador latinoamericano llega a la Ciudad Eterna siguiendo las pistas de los atentados. Hospedado en una particular academia en la cima del Janículo desde donde se observan las colinas romanas, descubre junto a otros investigadores excepcionales el sorprendente vínculo de las Santas Palabras con el supuesto héroe griego que hace muchos siglos vivió grandes aventuras en territorio italiano. ¿Quién fue en realidad este errante nacido en Ítaca que después de la terrible guerra de Troya recorrió múltiples senderos, que bajó a los infiernos y regresó a la vida? ¿Fue un héroe o acaso el más humano e imperfecto de todos los hombres de su época, y acaso el primer guardián, si existen, de estas palabras inmortales? Después de todo, si es posible nombrar las cosas para crearlas, también es posible nombrarlas para demolerlas.

 

BIO

Licenciado Magna Cum Laude en Derecho y Magna Cum Laude en Diplomacia y Relaciones Internacionales de la Universidad Americana (Nicaragua), con especialización en ciencia política de la Universidad de Salamanca y diploma del Global Competitiveness Leadership Program de Georgetown University, Washington, EE.UU.

Es autor de cuatro libros de cuentos, el más reciente “La felicidad nos dejó cicatrices” (2014). La Feria Internacional del Libro de Guadalajara lo nombró en 2011 como uno de “Los 25 secretos mejor guardados de América Latina”, «25 voces y lenguajes para descifrar, hoy, América Latina». Entre otras recopilaciones, es uno de sólo dos autores incluidos en ambos volúmenes de la “Antología de la novísima narrativa breve hispanoamericana”, que reúne «a los escritores de ficción más prometedores menores de 27 años», publicadas en 2006 y 2008. Cuentos suyos han sido traducidos al inglés, francés, alemán y portugués, y aparecen en antologías y revistas de los continentes americano y europeo.